Plaza de los Irlandeses en Alcalá de Henares
Índice del artículo
- Historia de la Plaza de los Irlandeses: del callejón del Peligro al rincón irlandés
- Qué ver en la Plaza de los Irlandeses y alrededores
- El Colegio de los Irlandeses: 400 años de historia viva
- Cómo llegar y consejos para visitar la plaza
La primera vez que pasé por la Plaza de los Irlandeses en Alcalá de Henares, me llamó la atención su nombre. ¿Por qué una plaza en el centro de España lleva el nombre de un país tan lejano como Irlanda?
Desde duelos clandestinos hasta refugio de estudiantes perseguidos, esta plaza concentra siglos de historias que la convierten en uno de los espacios más singulares del casco histórico alcalaíno.
Historia de la Plaza de los Irlandeses: del callejón del Peligro al rincón irlandés
Hace más de cuatro siglos, el actual acceso a la Plaza de los Irlandeses desde la calle Mayor era llamado el callejón del Peligro. Y no era un nombre casual: aquí se libraban duelos entre estudiantes universitarios y personajes de dudosa reputación que convirtieron este estrecho pasaje en uno de los lugares más temidos de Alcalá. Si quieres conocer esta historia más a fondo, no te pierdas nuestro free tour por Alcalá de Henares en español.
Del callejón más peligroso de Alcalá a plaza porticada
La situación llegó a ser tan problemática que las autoridades decidieron clausurar el callejón a finales del siglo XVIII. Durante décadas, este espacio permaneció cerrado al público, como un recuerdo oscuro del pasado universitario más turbulento de la ciudad.
Me resulta curioso cómo un lugar con semejante pasado violento terminó dedicado a los irlandeses. La transformación radical llegó con la construcción de la plaza moderna que vemos hoy: un espacio porticado en tres de sus lados que nada tiene que ver con aquel peligroso callejón.
La conexión irlandesa: persecuciones religiosas y refugio académico
El vínculo con Irlanda surge en 1630, cuando dos sacerdotes irlandeses fundaron el Colegio de San Patricio. En aquella época, las persecuciones religiosas en Reino Unido impedían a los católicos irlandeses estudiar su propia religión en su tierra natal.
Alcalá se convirtió así en refugio académico para generaciones de estudiantes irlandeses que cruzaban media Europa buscando formarse como sacerdotes. Este convenio histórico entre Alcalá e Irlanda explica por qué una plaza alcalaína rinde homenaje al país celta.
Qué ver en la Plaza de los Irlandeses y alrededores
La plaza actual combina elementos históricos con construcciones modernas. No es la más llamativa o espectacular de Alcalá, pero tiene una historia interesante.
Arquitectura y edificios destacados
El elemento más llamativo es el antiguo Colegio de los Irlandeses, al fondo de la plaza, sobre el que destaca la impresionante cúpula barroca del Convento de Agustinas Recoletas de Santa María Magdalena. A pesar de los destrozos sufridos durante la Guerra Civil de 1936, mantiene intacta su maestría arquitectónica.
Los soportales que rodean tres lados de la plaza crean un ambiente acogedor muy diferente al antiguo callejón. Bajo estos pórticos encontrarás terrazas y establecimientos que han sabido aprovechar el encanto histórico del lugar.
En la calle Escritorios, contigua a la plaza, merece la pena detenerse ante el Colegio Convento de Carmelitas Calzados del siglo XVI, actual sede de la Escuela Superior de Arquitectura. Justo enfrente, el Convento de Santa Úrsula exhibe una bella arquitectura mudéjar con una sacristía decorada con frescos de ángeles músicos.
Cada 17 de marzo, festividad de San Patricio, la plaza cobra vida especial con decoraciones verdes y celebraciones que recuerdan ese vínculo centenario con Irlanda.
El Colegio de los Irlandeses: 400 años de historia viva
El edificio del Colegio de los Irlandeses, también conocido como Colegio de San Patricio o de San Jorge según la época, constituye el corazón histórico de esta plaza y justifica su nombre actual.
Fundado en 1630 como refugio educativo para católicos irlandeses perseguidos, el colegio pasó por diversos propietarios debido a problemas económicos. Cada cambio de manos traía un nuevo nombre, pero su esencia como lugar de acogida estudiantil perduró durante siglos.
De palacete real a centro internacional
Un episodio curioso ocurrió en 1818, cuando el mismísimo Fernando VII pernoctó aquí al no estar disponible el Palacio Arzobispal. La visita real fue tan memorable que durante diecisiete años una cadena decorativa en la fachada conmemoró el acontecimiento.
Tras décadas de abandono en el siglo XX, la Fundación Colegio de los Irlandeses y la embajada de Irlanda recuperaron el edificio en los años noventa. Es fascinante pensar que ese convenio del que había oído hablar sigue vigente de alguna forma después de casi 400 años.
Alcalingua: el presente internacional de la plaza
Hoy el edificio alberga Alcalingua, un centro dedicado a la enseñanza del español para extranjeros y la formación de profesores. De alguna manera, mantiene su vocación original como lugar de intercambio cultural y académico internacional.
Los estudiantes que hoy cruzan estos muros quizás no sepan que siguen una tradición de cuatro siglos, cuando jóvenes irlandeses llegaban aquí huyendo de la persecución religiosa para formarse como sacerdotes.
Cómo llegar y consejos para visitar la plaza
La Plaza de los Irlandeses se encuentra en pleno casco histórico de Alcalá de Henares, al lado de la calle Mayor. Su ubicación céntrica la convierte en parada obligada en cualquier ruta por el centro histórico.
Acceso y ubicación
El acceso principal se realiza desde la calle Mayor a través del antiguo callejón del Peligro, ahora completamente transformado. También puedes llegar desde la calle Escritorios o la calle Seises, que conectan con otros puntos importantes del centro.
Si vienes en transporte público, la estación de tren de Alcalá de Henares está a unos 15 minutos andando. Desde la Plaza de Cervantes son apenas 5 minutos de paseo por la Calle Mayor.
Mejores momentos para visitar
La plaza tiene un encanto especial al atardecer, cuando la luz dorada ilumina la cúpula barroca del convento. Suele ser el momento perfecto para fotografiar la arquitectura sin gente.
Si quieres vivir el ambiente más auténtico, visítala el 17 de marzo durante San Patricio. Las celebraciones transforman este rincón histórico en un pedacito de Irlanda con música, decoración verde y ambiente festivo que honra esa conexión centenaria.
Los fines de semana, las terrazas bajo los soportales ofrecen un lugar perfecto para descansar después de recorrer el centro histórico. Es un espacio más tranquilo que la concurrida calle Mayor, ideal para quienes buscan un respiro del bullicio turístico.
No olvides explorar las calles adyacentes: la calle Escritorios con sus conventos históricos y la conexión con otros colegios universitarios menores que formaron parte del tejido académico de la Alcalá del Siglo de Oro.